La lección de anatomía del doctor Tulp (Mauritshuis, La Haya)
Este impresionante lienzo, clasificado dentro del género del retrato colectivo, tan propio de la pintura de los Países Bajos, fue pintado por uno de los grandes artistas del Barroco: Rembrandt.
Poco después de la muerte del padre del pintor, en 1630 y de la de su hermano mayor, Gerrick, ocurrida al año siguiente, el pintor holandés abandonó su Leyden natal y trasladó su residencia a Amsterdam. En esta primera época de su estancia en la gran urbe cambió su técnica pictórica, abandonando los formatos pequeños, para enfrentarse a cuadros de mayor tamaño como el presente. "La lección de anatomía del doctor Tulp" fue el primer encargo oficial que recibió en 1632, el cual le proporcionó un éxito tan resonante que le consagró como el pintor más importante del momento.
El gremio de cirujanos encargó el lienzo para conmemorar una lección pública que impartió su primer anatomista, el doctor Nicolaes Pieterszoon Tulp, ante el cadáver de un ajusticiado. La obra presenta una composición clásica en pirámide, con la que Rembrandt consiguió expresar óptimamente la idea de auténtica unidad espiritual ente los siete retratados, ninguno de los cuales era médico, con el conferenciante ante el que se agrupaban. Cada retratado mantiene una posición y una expresión distinta, concentrándose la luz en aquellos rostros o zonas del cuerpo que el artista quiere resaltar. El contraste entre las zonas iluminadas y las penumbras aumenta con el traje negro característico de la época y un tratamiento vaporoso de ciertas texturas gracias a una suave pincelada. La fuerza del cuadro se concentra en la diagonal formada por los cuatro personajes que se sitúan en dirección hacia las pinzas del doctor Tulp, que muestra una serie de músculos mientras diserta sobre los mismos. Para evitar distraer la atención del espectador, el fondo es neutro y no tiene apenas definición.
En este lienzo aparece una característica propia de los retratos de Rembrandt: sus retratados no tendrán apenas una actitud ostentosa, sino una presencia meditativa y contenida, perfectamente aislada del mundo convencional al situar a sus personajes sumidos en una densa penumbra de la cual emergen intensamente iluminados. En todos sus modelos aflorará el característico espíritu holandés de su época, presidido por la sobriedad, la calma y el orden.
Con el paso del tiempo, este lienzo ha constituido, sin ser su objetivo, un impresionante homenaje a los médicos del siglo XVII que, a pesar del oscurantismo y la superstición, lograron mantener el prestigio de una profesión y de una ciencia al servicio del hombre.
Da click en la imagen para apreciar la obra de una mejor manera...
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2 comentarios:
Este tipo de arte no es mi maximo lalito jajaja ;)
Hey... por fin :D
genial este tipo de arte,
me encanta :D
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