lunes, 11 de enero de 2016

El intelecto de Adán...


Michelangelo Buonarroti fue uno de los grandes artistas renacentistas que más se prodigó en realizar obras maestras. Una de sus obras cumbres fue la que realizó en la bóveda de la Capilla Sixtina por encargo del papa Julio II. La Creación de Adán es considerada la alegoría más sugerente y poética del origen del ser humano como ser que participa en la divinidad, sea cual sea ésta. 

El fresco muestra el brazo derecho de Dios que se encuentra estirado, para impartir "la chispa de vida" de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de Dios; los dedos casi se tocan. Uno puede imaginar la chispa de la vida saltando de Dios a Adán a través de esa "sinapsis" entre sus dedos. Sin embargo, Adán ya está vivo, sus ojos están abiertos, y él está completamente formado; Michelangelo interpretó a Dios no sólo como dador de vida, sino que entregó al hombre "algo más". Él cree que la "parte divina" que nosotros "recibimos" de Dios es el "intelecto"... 

Las especulaciones dan paso a un sinfín de interpretaciones, pero, indudablemente, la capacidad magistral de Miguel Ángel para combinar las esferas de la religión, la ciencia y la fe lo convierten en uno de los mejores artistas. 

(Eduardo Torres - Modificado de: Creazione di Adamo, Miguel Angel 1511; An Interpretation of Michelangelo´s Creation of Adam Based on Neuroanatomy, F.L. Meshberger 1990)

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