lunes, 11 de enero de 2016

El aspecto histórico de la enfermedad...

En el año 1846, en su Handbuch der pathologischen Anatomie (Manual de Anatomía Patológica), Karl Von Rokitansky, el "Linneo de la Anatomía Patológica" según Virchow, escribió: "La luz y el fuego de las antorchas de aquellos que estudian la medicina, especialmente los médicos jóvenes, deberían dirigirse inicialmente a sus antepasados." 

El médico pragmático sólo se preocupa por solucionar los problemas intrínsecos de las enfermedades, o por los datos epidemiológicos, es decir, los avatares de la vida diaria de un médico. Pero, en cambio, el legado de la historia es mirado con desdén. La etimología de los nombres de algunas enfermedades es, en numerosos casos, muy interesante. Por ejemplo, la del lupus que, a pesar de remontarse a la época de la esclavitud durante el apogeo del Imperio Romano, todavía persistimos en conocer su historia. 

Imaginemos el resultado de una mordedura de lobo en la cara de una persona (una mujer, por lo general, recordemos que la relación Mujer:Varón de la enfermedad es 9:1) en la época en la que ni había noción de la existencia de los gérmenes ni, obviamente, de asepsia o antisepsia o antibióticos para combatirlos. Había en cambio, nociones primitivas de emplastos, sanguijuelas y lavativas. La imagen debe haber quedado grabada en la mente del médico quien al ver la lesión, esta vez tuberculosa, de la piel que se recordaba, la llamó, pensemos que espontáneamente "Lupus", en recuerdo de aquel lobo. Cuando el dermatólogo fránces Cazenave viera más adelante, en el siglo XIX, una lesión facial elevada, roja, y descamativa decidió llamarla lupus eritematoso. 

Es importante analizar el concepto moderno de cada uno de los aspectos de la enfermedad, entre ellos el histórico, no sin antes dar el merecido reconocimiento a los personajes conocidos y anónimos que han configurado el concepto; es lo mínimo que podemos hacer para valorar su memoria ya olvidada por la historia y por nosotros. 

La imagen corresponde a la primera ilustración de un paciente con Lupus Eritematoso de Pierre-Louis Alphée Cazenave en 1856.

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