miércoles, 14 de marzo de 2012

México en perspectiva y sin censura...

“…un lugar fantástico, está allá en el tercer mundo, donde aunque muchos son pobres, de todos modos son felices, porque tiene cerveza, fútbol, la iglesia, la tele.. la tierra de los panchos y de las marías.. Pero el atole aquí nos gusta con el dedo, para evitarnos la fatiga preferimos el silencio.. Todo es armonía porque nos une el fútbol, viva mi bandera hoy gano la selección, los mexicanos al grito de gooool…” (El Baston – El país de las maravillas)

Seamos sinceros, México, esta bella nación, se caracteriza por ser un país persignado, en el que los habitantes tienen que hincarse a suplicar ayuda ante la adversidad, esperando a que un ser omnipotente y todopoderoso se apiade de nuestras almas y venga a nuestro auxilio.

Nosotros, los mexicanos, somos unos agachados, y tal como refería Octavio Paz, tenemos que ir en bola para darnos seguridad, y siempre detrás de nuestro líder en turno (contemplando una huida en caso de que éste se caiga, ya sea para negar que en algún momento lo seguimos o para unirnos cínicamente al bando contrario).

México es un país en donde no existe la cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria de la política, no hay interés por la economía, la ciencia y las humanidades, porque solamente interesa el Chicharito y la selección mexicana de fútbol.

Somos un país en donde la gente está llena de faltas, pero que disfruta mentando madres y criticando. Donde comúnmente las personas ignoran los sermones políticos; en donde el ciudadano común trata de alejarse de los problemas comunes y se concentra en los propios, un hombre deshumanizado, muestras claras de que el esfuerzo de los medios en deseducar no ha sido en vano. Donde admiramos la mediocridad mediante programas de televisión nefastos y compatibles con la estupidez: telenovelas y los reality show del domingo.

México es un país que necesita invertir en educación, en ciencia, en salud, que necesita reactivar el comercio interno, dar prioridad al producto nacional, reactivar el campo y con ello el autoconsumo.

Mientras en el mundo la palabra que describe el hartazgo y el descontento se visualiza en la “indignación”, en México, estamos en un momento en que sin importar las marchas, la inconformidad, caravanas, los plantones o los mítines; los adjetivos que nos describen como sociedad son la destrucción, el desánimo, la apatía, la desestabilización, la desesperación y la desesperanza.

Mexicanos cobardes, mexicanos traicioneros, mexicanos hipócritas, mexicanos mentirosos, mexicanos valemadristas... son más adjetivos que insultos para lo que demostramos como sociedad hoy en día.

Y seguramente te preguntaras: ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente unos son más responsables que otros y tendrán que rendir cuentas, pero la verdad es que si estás buscando un culpable, no lo busques para castigarle, sino para exigirle, para exigirle que reflexione y actúe. Para encontrarlo solo tendrás que mirarte al espejo, ahí estará. Si; tú, yo, y nosotros como pueblo, nosotros como materia prima de un país. Como materia prima de un país tenemos muchas cosas buenas. Pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita, porque esos defectos, esa deshonestidad, esa falta de calidad humana, más que Salinas y el PRI, Calderón o el narcotráfico, es lo que nos tiene real y francamente fregados a México.

A menudo las personas cometemos la idiotez de confiarle todo a alguien o de esperar a que un ser perfecto, incorruptible, un Mesías llegué y nos libre de tanta miseria que hay a nuestro alrededor. Errores que no hemos podido superar en cientos de años. En lugar de tomar nuestro destino en nuestras manos, siempre estamos esperando que alguien nos señale un camino destinado. Para nuestra desgracia en esta realidad no existen seres que se encarguen de resolver nuestros problemas sin que nosotros tengamos que levantar un dedo, lamentablemente o afortunadamente en este mundo somos nosotros, tu y yo, los que debemos pelear nuestra batallas, con errores y aciertos, con virtudes y defectos... pero nuestros.

Yo como tu aprecio la comodidad de la rutina diaria, la seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía, a mí me gusta tanto como a ti. Sin embargo, creo que no podemos darnos por vencidos y cruzar los brazos a pesar de un presente en apariencia decadente, tenemos que unificarnos como sociedad.

Sé que este país esta jodido, y también sé que SI hay algo que pueda hacer para ayudar a mejorarlo. No con violencia, ni siquiera con agresión, hace falta algo más inteligente que paros, bloqueos, palos y machetes, y mientras ese algo no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, del centro a los lados, o como sea, seguiremos igualmente estancados.

Necesitamos hacer recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más que palabras, son ideales, son perspectivas, son metas alcanzables.

Objetar, pensar y expresarlo. Basta de ser esclavizados por el miedo, Basta de ser quienes somos. Basta de crueldad e injusticia, intolerancia y opresión.

Hemos sido manipulados para creer que el poder de la pirámide está en la cima, y no es así. La cima de la pirámide está allí porque el resto de la pirámide la está sosteniendo. Nosotros estamos sosteniendo esto juntos. Nosotros los “no poderosos” estamos sosteniendo a los “poderosos” allá arriba y ellos lo saben, y están aterrorizados de que nos demos cuenta de eso.

Es momento de pensar diferente, momento de un No haremos más porque nos dicen que lo hagamos. ¿Es lo justo? ¿es lo correcto?; está bien, lo haré. ¿Es injusto? ¿no es lo correcto?; no lo haré. Nosotros empecemos a tomar las decisiones de que hacer y qué no hacer, basados en nuestros valores, y no en la imposición de los de traje oscuro.

La sociedad mexicana se derrumba en pedazos, es un país en desgracia, una nación que se está dirigiendo directo al hoyo, entre crisis de seguridad, crisis económica, crisis política, crisis social, no podemos darnos el lujo de cruzarnos de brazos. Hay que manifestarnos, y en una sociedad pensante es posible: ¡Basta de esperar al Mesías, si el país es nuestro salvémoslo nosotros!


Así que si no abres los ojos, si no expandes tu pensamiento, si sigues ajeno a los crímenes, entonces sugiero que este post te pase sin pena ni gloria, pero si ya llegaste a estas lineas, y si ves lo que yo veo, si sientes lo que yo siento, y si persigues lo que yo persigo, ¡Basta de ser esclavizados por una ignorancia manipulada! Es momento de que dejemos el papel de espectador y comencemos a actuar; tenemos nuestro cerebro, nuestra boca y nuestro, supuesto, espíritu de lucha, el cual, según se, es contagioso.

Te pueden parecer solo palabras. Pero te diré que las palabras siempre conservaran su poder, las palabras siempre hacen posible que algo tome significado, y si se les presta atención enuncian la verdad, y la verdad es que en este país algo va muy mal...

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