lunes, 2 de abril de 2012

Un cabello en mi sopa!!!!...


Un simple cabello en un plato de sopa puede ser suficiente para que dejemos de comer y llamemos al mesero de una manera alarmada. Sin embargo, ¿un cabello en la comida (sea propio o ajeno) puede representar un riesgo para la salud?

Pues en absoluto. De hecho, un cabello en la comida es algo tan inocuo que incluso la FDA (Food and Drug Administration) ni siquiera ha especificado un límite de cabellos admisible en un plato en sus directrices de códigos alimentarios. Y es que la FDA aún no ha recibido reporte alguno de una persona que haya enfermado por ingerir un cabello, por mucho asco que nos dé.

Y es que un cabello, en realidad, solo está compuesto por proteínas densamente distribuidas, llamadas queratina. Es posible que los estafilococos (que pueden provocar diarrea o enfermar el estómago) se alojen en un mechón de cabello, en efecto, pero es muy improbable que una cantidad tan minúscula sea suficiente para provocar problemas gastrointestinales.

Para que un cabello fuera un problema en nuestro plato de sopa no debería ser un cabello solitario sino una melena entera, tal y como explica Bjorn Carey en su libro ¿Sabías qué...?: "Grandes cantidades de pelo pueden provocar en el estómago efectos parecidos a los de un desagüe. Se formarían grandes cálculos, llamados bezoares, que podrían causar dolores abdominales y otros síntomas..."

Si nos disponemos a comer un plato de espaguetis, pues, no debería preocuparnos tanto el ingerir un cabello del cocinero como otras cosas que la FDA sí que reconoce: admite hasta un máximo de dos gusanos por lata de tomate.

Por si esto fuera poco, muchas de las cosas que comemos llevan cabellos en cierto modo, pero procesados. Ya que los fabricantes de alimentos utilizan a menudo L-cisteína, un aminoácido con queratina que estabiliza la masa y estimula las papilas que detectan los sabores salados y sabrosos. Aunque algunas fábricas sintetizan la L-cisteína artificialmente o a partir de plumas de pato, otras lo hacen usando cabello humano. Pero es un proceso limpio, gracias al paso previo de hervido en ácido hidroclórico para extraer la L-cisteína.

Sea como sea, el cabello en la sopa nos seguirá dando asco. Así que levanta el brazo para pedir explicaciones al mesero (y reza para que no haya leído este post :P).

No hay comentarios: