sábado, 29 de octubre de 2011

Eritronio: el elemento mexicano...


Sucedió en 1801. El mineralogista español-mexicano Andrés Manuel del Río Fernández analizaba muestras de un mineral procedente de Zimapán (municipio del actual estado de Hidalgo) al cual denominó plomo pardo de Zimapán. De este mineral descubrió la presencia de un nuevo elemento al cual llamó pancromio, al ver la variedad de colores que presentaban sus compuestos. Posteriormente, lo renombró como eritronio ya que al calentar estos compuestos se volvían rojos.

Tras platicar sobre su descubrimiento con el naturalista Alexander von Humboldt, el alemán puso en duda la existencia de un nuevo elemento al suponer que en realidad era cromo, poco conocido en ese entonces. Humboldt envió una muestra del plomo pardo de
Zimapán al Instituto de Francia, donde el químico Collet Descotils, encargado de analizar el mineral, dictaminó en 1805 que no había ningún nuevo elemento. Es probable que Descotils haya hecho las pruebas sin demasiado entusiasmo dado el comentario de Humboldt. Por esta misma razón, Del Río estuvo conforme con los resultados.

De acuerdo con una carta enviada a Humboldt fechada en 1817, Del Río cambió de opinión y le reclamó que hubiese minimizado su descubrimiento:
..."En otro tiempo le di, sin habérmelo rogado, pedazos de plomo pardo de Zimapán,
junto con mi análisis que me había oído presentar al Instituto (de Francia); pero luego tuvo por más conveniente regalársela a su amigo (Collet Descotils), por la razón sin duda de que los españoles no podemos hacer ningún descubrimiento, por pequeño que sea, de química ni mineralogía, por ser monopolio extranjero...".


Y el eritronio pasó al olvido.

Fue hasta 1830 que fue redescubierto en una mina sueca por Nils Gabriel Sefström quien, al desconocer las investigaciones de Del Río e impresionado por la belleza cromática de los compuestos de este metal, lo denomina vanadio en honor a Vanadis, la diosa nórdica de la belleza.

En ese mismo año, el químico alemán Friedich Wöhler trabajaría con unas muestras del mineral de Zimapán y concluye que el eritronio y el vanadio son el mismo elemento.

Don Andrés, irónico frente al despojo, comentó: “el uso, que es tirano de las lenguas, ha querido que se llame vanadio, por no sé que divinidad escandinava; más derecho tenía otra mexicana, que en sus tierras se halló hace treinta años”.

Hubo intentos sin éxito para que se le cambiara el nombre a este elemento. El geólogo estadounidense George William Featherstonhaugh propuso el nombre de Rionio en honor al descubridor original.

El último esfuerzo lo realizaron el físico mexicano Manuel Sandoval Vallarta y el historiador Arturo Arnaiz y Freg ante la Comisión Internacional de Nomenclatura Química, en 1948.

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